Hace 11 años el
mal surco los cielos y se estrelló contra las Torres Gemelas de New York. Era
un día martes, como hoy. Y aquel día había un cielo diáfano y celeste como hoy.
Lo recuerdo muy bien, porque no podía dejar de pensar en eso mientras era testigo
del horror mas impensado. A las 10:28 de la mañana, vi caer la ultima torre con
mis propios ojos y esa imagen jamás se ha borrado de mi retina. Como tampoco se
me ha olvidado que aquel era un perfecto día de Setiembre, con un cielo azul,
claro y despejado y con la temperatura justa de los finales de verano. Por
alguna razón no pude dejar de reparar en eso mientras presenciaba aquella
locura demencial. En mi cabeza, atolondrada y aturdida por los acontecimientos
no dejaba de repetirse el siguiente eco: “No puede estar sucediendo esto, no. No en un día tan
pleno, no con este cielo ni con este sol”.
La consigna es vestir de “elegante” blanco, llevar dos sillas blancas, una mesa con mantel blanco, vajilla china, cubiertos, copas de cristal y delicioso “homemade meal”. También alientan la creatividad a la hora de elegir el atuendo a vestir, los accesorios y los centros de mesa. La reunión se realiza una vez al año en un lugar que los organizadores mantienen en secreto hasta tan solo unos minutos antes de la 6 de la tarde (hora de inicio). Se trata del evento “Diner en Blanc” que el pasado 18 de Setiembre cumplió su tercera edición en la ciudad de Nueva York. Esta vez el punto elegido fue el Bryant Park (localizado en la 6ta avenida y calle 42). Anteriormente las reuniones se llevaron a cabo en el Lincoln Center (2012) y en el Battery Park (2011). La idea del evento surgió hace 25 años en Paris y se viene desarrollando ininterrumpidamente en La ciudad de la Luz desde esa fecha. El concepto: reunirse con amigos y pasar una velada glamorosa y divertida en un blanco inmacu
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